La carrera de Literatura según una Doctora en Literatura [Entrevista]

En este artículo te vamos a compartir la edición de una entrevista realizada a la profesora y Doctora en Literatura, Ruth Fine. En ella contará sobre diversos detalles acerca de la carrera de Literatura según su experiencia. ¡Sigue leyendo para conocer más sobre esta profesión!

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Entrevista a una Doctora en Literatura

Al momento de decidir qué estudiar, una de las cuestiones fundamentales es conocer la voz de egresados que den cuenta de su experiencia en el mundo laboral, y de su paso por la carrera. Es por ello que en esta nota vamos a desarrollar la entrevista realizada a la Doctora en Literatura, Ruth Fine, donde nos cuenta por qué decidió estudiar la carrera de Literatura.

Además, veremos sus inicios en la licenciatura, cómo fue estudiar y trabajar en el exterior, consejos para estudiantes, las razones para estudiar literatura y muchos otros temas más, los cuales te ayudarán a decidir si esta es la profesión ideal para ti.

¿Quién es Ruth Fine?

Ruth Fine es una Doctora en Literatura graduada de una importante universidad pública. Es licenciada, especialista en narrativa del Siglo de Oro Español con énfasis en la obra de Cervantes. Ha publicado numerosos artículos y libros, además de ser fundadora y primera presidenta de la Asociación de Hispanistas de Israel.

Los inicios en la carrera de Literatura

¿Cómo fue que llegaste al Doctorado en Literatura?

Es una pregunta difícil de responder, porque no hay recetas, y yo soy fiel creyente del factor suerte y las oportunidades que se generan a partir de allí. Pero les comentaré un poco de mis elecciones al culminar la carrera. En ese momento tenía dos opciones principales, que eran quedarme en mi país y dedicarme a la enseñanza, ya sea en la universidad o en preparatoria, o tratar de conocer otros mundos, otras culturas.

Pero no estoy hablando solamente de recorrer el mundo, hablo de expandir mis horizontes literarios e investigativos. Recuerdo que era el año 1981, por lo que en esa época era una elección posible y muchos la tomaban, pero yo no tenía ni las facilidades ni las posibilidades que existen hoy, y pienso que eso es un punto fundamental.

Creo que ese es un gran paso para conocer otro ámbito académico, y esto es algo universal, no es único de la Literatura. Hoy en día, la internacionalización es un leitmotiv en varias universidades, ya que se habla mucho de intercambio de estudiantes y esos temas, y surge la pregunta: “¿Es necesario hacer un posgrado en el exterior?” No diría que sí, pero ayuda muchísimo en varios casos, por lo que hay que dedicarse a buscar, investigar, y las redes ayudan mucho en ese sentido.

¿Cómo tomaste la elección del país donde harías tu especialización?

Para este caso tenía dos posibilidades, las dos propuestas por la que fue mi tutora, una gran filóloga de la cual fui ayudante. Ella me propuso irme a Estados Unidos o a Israel, por lo que empecé a investigar por mi cuenta, cosa que para esa época no era nada fácil, ya que hablamos de la época de los años ‘80, no había tanta información al alcance de la mano como ahora.

Al principio averigüé en la prestigiosa Universidad Hebrea de Jerusalén y existía un departamento de estudios españoles y latinoamericanos. Me interesó mucho lo que estaban haciendo allí, por lo que decidí irme a Israel, lo cual no fue fácil, pero afortunadamente tenía una beca.

Las personas deben animarse, ya que la internacionalización es más frecuente y estimulada. Sé que, sobre todo en Latinoamérica, es algo que nos puede aterrorizar, ya que, a diferencia de otros países, los jóvenes de aquí suelen estudiar cerca del seno familiar. En cambio, en otros lugares se incentiva a la independización desde más temprana edad.

La experiencia laboral como doctora en Literatura

Háblanos un poco sobre tu especialización en el Hispanismo.

En Madrid se acaba de realizar un homenaje al hispanismo y a los hispanistas de países que no son hispanohablantes. Para los que no sepan qué es un hispanista, es aquella persona que se dedica al estudio, investigación y enseñanza de la lengua, lingüística o filosofía, cultura e historia de España e Hispanoamérica, en pocas palabras, el mundo de habla española.

Se trata de un fenómeno, es algo único en relación con otros estudios, ya que se investiga en otras culturas y otras lenguas, por la enorme difusión que tiene en el mundo. Un ejemplo de ello es que en Estados Unidos no existe una universidad donde no haya estudios de español o por lo menos un Departamento de Español.

Este idioma está llegando a los 600 millones de hablantes, y una cosa impresionante es que nada más en Estados Unidos, hay más hispanohablantes que en España. Todo esto incluye al arte, la música, el cine, la danza.

Entonces, este homenaje es para aquellas personas que salieron de su zona de confort, abandonando su cómodo espacio de la lengua materna para dedicarse a una lengua y cultura que no pertenece al sitio donde se encuentra. Inclusive contaba con la presencia de Su Majestad, el Rey de España, lo cual es un comprobante de la importancia que se le da al hispanismo.

En ese evento éramos seis o siete presidentes de mesa, donde tuvimos que desarrollar diversas temáticas, a mi particularmente me tocó desarrollar la pregunta “¿Por qué el hispanismo?”. Estuvimos trabajando durante meses. En esa mesa se encontraba un hispanista de Nigeria, uno de Australia, otro de Estados Unidos, uno de Polonia. Con esto quiero demostrar que hay una gran diversidad de hispanistas, y en cada sitio hay motivos coyunturales que llevan a la elección del hispanismo.

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¿Qué es el éxito para ti? 

Lo digo con toda la honestidad del mundo, el éxito es que mis alumnos me digan que les abrí puertas, o les hice ver caminos que antes no veían. Hablo de caminos de pensamientos, caminos de comprensión, que me digan que se han entusiasmado con un texto. Para mí, eso es el éxito.

También considero como éxito encontrar alguna lectura o interpretación que no haya sido transitada todavía, por lo que eso provoca muchas emociones dentro de mí, buscar por lo inédito.

¿Realizas muchas investigaciones con tu título de Doctora en Literatura? 

Si, y debo poner todo mi empeño en ello, ya que investigar es tener mucha pasión y deseo. Además, hay que saber conjugar con los distintos mundos con los que trabajamos, ya que somos polifacéticos. Por ejemplo, yo no puedo estudiar Literatura Española en Nigeria sin tener en cuenta la esclavitud en América o la presencia del mundo negro.

Este es un interés que la hispanista de Nigeria ponía en su estudio. Es decir, cada uno tiene su propio perfil, y ese perfil irradia, sin dudas, todo aquello que estamos estudiando. En este sentido, yo también trato de escuchar lo que sucede a mi alrededor. Mis estudiantes son, en mayor parte, no hispanohablantes, sino que son israelíes que adquieren el idioma, y lo aprenden bien, pero están formados en otro idioma y otra cultura.

Pero estos estudiantes conocen la Biblia, ellos la llaman Antiguo Testamento, y al leer “El Quijote” por primera vez, empiezan a comentar en clase que lograron identificar ciertos pasajes de la Biblia, lo cual es sencillamente asombroso. Nosotros aprendemos mucho de los estudiantes, y nuestra investigación avanza a la par de la enseñanza.

Entonces empecé a buscar y logré encontrar algo que llamamos intertexto de referencias, que, de hecho, hice un libro al respecto. Estos intertextos son alusiones a la Biblia hebrea del Antiguo Testamento en “El Quijote”, lo cual es muy importante en muchos sentidos. Primero, porque rompe el estereotipo que dicta que en el mundo católico no se conoce bien la Biblia. Segundo, que Cervantes era un autodidacta y no sabía latín. ¿Sabían ustedes que en esa época la única manera de leer la Biblia en España era en latín? Es decir, que tan ignorante no era.

Demuestra la habilidad de cómo utilizar un texto polivalente dentro del contexto de su obra. Por ejemplo, tenemos a Don Quijote, que es megalómano y cita muchos versículos que son la voz divina, la voz de Dios, y esto es irónico. Cervantes busca que el lector sepa identificar esta ironía. Digo todo esto para que vean cómo se complementa el alumnado israelí con la posibilidad de aportar a mi investigación del Siglo de Oro.

Experiencia laboral en el exterior

¿Cómo fue el cambio de estar en Latinoamérica e irte a vivir a Israel para continuar con tus estudios?

Primero que nada, a pesar de ese cambio, jamás perdí mis raíces o mi identidad latina. Estoy muy agradecida por todo lo que aprendí en la universidad, he recibido mucho de ella, por lo que siempre me gusta devolver un poco. De hecho, he dictado cursos en dicha universidad sobre la Literatura de Amsterdam, cosa que allí no se ve.

Pero jamás hubiera llegado a la Literatura de Amsterdam de no ser por los estudios filológicos que tuve allí. Además que tengo un profundo respeto por el nivel académico e intelectual de mi país. Yo día a día sigo aprendiendo de mis colegas, de hecho tenemos una cátedra en un departamento de la Universidad Hebrea, en la que invitamos todos los años a profesores y colegas de todas las áreas de la Literatura.

Es una gran felicidad para mí el poder compartir con ellos mi mundo, mis experiencias, mis alumnos, que puedan conocer lo que se hace en Israel. Al final de eso se trata, de construir puentes, aprender y poder cruzar a mundos que parecen lejanos, pero en realidad son muy cercanos. De eso se trata las humanidades, y eso no lo tienen todas las disciplinas.

Lo mejor de la carrera de Literatura

En esta época hiper tecnológica, donde todo se mide según su utilidad, ¿por qué es necesario estudiar la carrera de Literatura?

Justamente en la actualidad existe un debate general para reemplazar el concepto de utilidad por el de fecundidad, y pienso que las humanidades entran en ese espectro. Son fecundas en todo sentido, tanto vertical como horizontalmente, ya que nos permiten expandirnos, nos abre puertas a distintas disciplinas, desde ángulos que antes no se podía o no habíamos considerado. A su vez nos hace desarrollar un pensamiento crítico que, para mí, es el eje central de cualquier disciplina.

Entonces, esta crisis en las humanidades tiene una culpable, y es la compartimentación de las disciplinas y en cuanto se rompa eso, las humanidades van a poder aportar a cualquier otra disciplina. Esto que digo es posible, de hecho existen sistemas académicos que lo aprovechan, pero son poco utilizados.

Un ejemplo sería el sistema norteamericano y el de Israel, que permiten combinar dos carreras, por ejemplo, la Biología con la Literatura, y esto responde a todo lo que dije antes. Si la Biología me encierra, por ejemplo, dentro de ciertos márgenes o estructuras, la Literatura permite abrirlas.

Yo he tenido y sigo teniendo la experiencia con mis alumnos, de los cuales los mejores son aquellos que vienen de las llamadas Ciencias Duras. Esto representa un desafío, pero al mismo tiempo los enriquece enormemente, a ellos y a sus carreras, ya que les enseña de pensamiento crítico y a reflexionar.

Por este motivo, en las universidades se ve cada vez más que colocan materias, algunas obligatorias, que tienen que ver con las humanidades, en carreras que no tienen nada que ver, por lo que siguen teniendo un valor agregado y útil a la sociedad.

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¿Qué es lo desafiante para alguien que viene de las Ciencias Duras?

Para mi me resulta bastante obvio, y es que vienen con estructuras predefinidas, como lo es la búsqueda de la verdad, de lo demostrable empíricamente hablando. Luego se encuentran con un texto de Borges donde todo se rige por el azar, por lo que todo lo empírico puede darse la vuelta. Todo esto, en primera instancia, es una desestructuración para ellos, ya que han visto el mundo desde un ángulo completamente distinto, pero esa desestructuración conduce a una apertura, la cual yo, como profesora, debo encontrar.

Así como los estudiantes aprenden de ti, ¿qué puedes aprender tú de ellos?

Obtienes otra perspectiva, otra mirada que busca descubrir y entender procesos. Tomaré de ejemplo a Borges y su paradoja de Zenón y la tortuga, la cual es una paradoja matemática que niega la posibilidad del movimiento y el la utiliza en al menos tres de sus textos. Entonces un estudiante se encuentra con dicha paradoja y es capaz de entender, matemáticamente, qué es lo que está buscando Zenón y por qué se llega a esta paradoja.

Eso me resulta fascinante, y mi aprendizaje es enorme, porque eso está en el texto, pero desde mi pensamiento de literatura lo desconocía. Lo que quiero decir es que hay un aporte de conocimientos de cada parte, y sucede cuando los conocimientos se encuentran. La clase de Literatura se convierte en una especie de laboratorio en el que todos estamos aportando algo, desde distintas perspectivas y puntos de vistas, y eso es lo que tiene de maravilloso esta disciplina.

Consejos para estudiantes de la carrera de Literatura

¿Qué consejo le darías a aquellos jóvenes que desean estudiar la carrera de Literatura?

Ha corrido mucha agua bajo el puente y no sé si estoy en la posición de aconsejar lo mismo que yo hice, ya que depende mucho de las condiciones del país donde vives y hacia dónde quieres ir. Pero si existe interés, tienes las ganas y el deseo, yo aliento a las personas a estudiar literatura porque da muchísima felicidad, y existen muchas cosas que se pueden hacer con la Literatura.

No es solo la carrera académica, que por supuesto tiene posibilidades limitadas, pero dentro del mundo de la editorial, la traducción, periodismo, aquella persona que sepa leer textos, tenga pensamiento crítico y hermenéutico, puede encontrar un espacio en esos oficios. De hecho, en mi universidad hay carteles que dicen: “Se busca gente que sepa leer” y no son irónicos, sino que es un mundo que te ofrece muchas oportunidades a nivel laboral.

¿Qué le podrías decir a un estudiante que no tiene una beca y quiere estudiar en el exterior?

Suele ser costoso, pero la posibilidad está, sobre todo si buscas un poco en Internet y las redes sociales. En Alemania y en Estados Unidos, por ejemplo, existen muchas fundaciones encargadas de recibir estudiantes del extranjero, tienes que ir a los consulados y se trabaja un poco pero es una posibilidad que hay.

Los jóvenes hoy día tienen muchas aperturas, muchos lugares qué escoger y pienso que hay que animarse, tomar la decisión. En mi caso, cuando llegué a la Universidad Hebrea, yo venía de una universidad difícil, porque era una época difícil. En esa institución se buscaba estimular lo conservador, por lo que no había espacio para liberar la mente y ser revolucionario.

Entonces podrás imaginar que cuando llegué a Israel, me encontré con una universidad de mentalidad más abierta, y gracias al aprendizaje que obtuve allí se me abrieron muchos caminos y pude desarrollar mi doctorado. De hecho, en ese momento de mi carrera sentía que no era lo que quería hacer específicamente, pero a su vez, el departamento donde trabajaba, necesitaba de la especialidad, por lo que lo asimilé y me adapté. Porque se debe de tener flexibilidad, no debemos encerrarnos en nuestras elecciones.

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¿Dónde estudiar la carrera de Literatura?

Si luego de leer cómo fue la experiencia de Ruth te dieron ganas de estudiar la carrera de Literatura, entonces te contaremos algunas de las instituciones que dictan esta profesión:

Universidades Privadas

Universidades Públicas

  • UABC – Universidad Autónoma de Baja California
  • UACM – Universidad Autónoma de la Ciudad de México
  • UNAM – Universidad Nacional Autónoma de México
  • BUAP – Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
  • UADY – Universidad Autónoma de Yucatán
  • Universidad de Sonora
  • UAQ – Universidad Autónoma de Querétaro
  • UACJ – Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
  • UAG – Universidad Autónoma de Guerrero
  • UATX – Universidad Autónoma de Tlaxcala
  • Universidad Autónoma de Baja California Sur

Si deseas conocer la lista completa de institutos y universidades que dictan la carrera de Literatura, te recomendamos ingresar en nuestro sitio en este enlace.

¿Se puede estudiar la carrera de Literatura en línea?

¡La respuesta es sí! Inscribirse para estudiar la modalidad en línea tiene muchas ventajas. Podrás tomar tus clases cuando quieras y dónde quieras, lo que hará que tengas mayor autonomía en tus estudios. Ya no perderás hora de tu tiempo, ni dinero en transportarte a la universidad.

Además, este tipo de modalidad es menos costosa ya que se requieren menos recursos. También será perfecta para aquellos que son autodidactas, ya que aprenderán mucho por síi mismos y comprenderán a su paso cada contenido.

Si quieres estudiar Literatura de forma online, podrás ver la oferta de universidades que tienen esta carrera en modalidad en línea en este link.

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Para finalizar

Este artículo es la edición de una entrevista realizada por Analía Brodsky (Licenciada en Psicología) para el programa radial “Vocaciones en Red”. El mismo se dirige a todas las personas que quieran conectar con su vocación, y conocer testimonios de profesionales.

En esta emisión se entrevistó a una egresada de la carrera de Literatura que nos pudo contar sobre su experiencia profesional. Si quieres saber más sobre esta profesión o sobre las universidades que la dictan, te recomendamos que ingreses a cursosycarreras.com.mx.

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